Si no puedes contra ellos, únete
Lo he intentado, os juro que lo he intentado, pero estos días han sido demasiado duros para mí. Como si una conjura se hubiera fraguado mis neuronas han sido constantemente atacadas.
Todo empezó con Lola Flores. De repente a todas horas en televisión hablando sobre sus amoríos y los cuernos que le puso al Pescadilla. Y yo me pregunto: ¿A quien coño le importa? Allá casa uno con sus perversiones, porque se empieza con eso de que era un gran artista y se acaba diciendo que cantaba de puta madre y bailaba aún mejor. Coño, un poco de seriedad.
Tras la primera en la frente de tan faraónicas noticias y reportajes, me encuentro con otro tema de rabioso interés y necesario para el desarrollo del ser humano: Michel Salgado le pone los cuernos a su mujer. Parece que es el tema de la semana. Ahora resulta que se han dedicado a seguir a este gallego un jueves y ver como se iba de copas con dos tías, que todo hay que decirlo, estaban muy buenas y se lía con una de ellas. Bien, interesante, pero repito lo de antes, ¿a mi qué coño me importa a quien se folla Michel Salgado? Será que como los de las camaritas no follan, tienen que dedicarse a joder a los demás para que tampoco lo hagan y eso sí, diciendo que tenía un crío de 3 meses. Michel, colega, animo y a follar, a follar, que el mundo se va a acabar.
Parecía que la semana ya estaba bastante definida por los temas, ya nada podía ir peor, dos historias de cuernos ya eran suficientes, ahora todo solo podría ser más tranquilo salvo por las obras y la tala indiscriminada de árboles de Gallardón. Pero la cosa no acaba ahí, cojo el periódico y leo otra de esas noticias realmente interesantes: A las mujeres maduras le justan los chicos jóvenes. Increíble, la labor de investigación llevada por este grupo de periodistas. Desde luego estos chavales no han visto El Graduado y las andanzas de Mrs. Robinson con el por entonces jovencísimo Dustin Hoffman, ni se han fijado en la Marujita Díaz o Sara Montiel. Claro que les gustan jóvenes, coño igual que a los tíos nos gustan las tías jóvenes, otra cosa muy distinta es que nosotros les gustemos a ellas.
Mientras la M30 seguía destrozando Madrid, decidí ir a ver a Sonia y a Nines para tomarme una cervecita y olvidarme del mundo. Estaba Sonia sola y efectivamente me sirvió esa deliciosa jarra de cerveza helada que tanto anhelaba. Cerveza, buena conversación, un ejemplar de El País con noticias atrasadas y nada más. Era todo lo que necesitaba. Pero, como siempre digo, la alegría dura poco en la casa del pobre, cuando a eso de las 9 Sonia, cogió el mando a distancia del televisor, encendió el funesto aparato y puso el Festival de Eurovisión. Mi primera reacción fue un espasmo y pensar que se trataba de una broma, luego pensé que lo que querían era echarme, pero lo cierto es que la gente, idiotizada ante la caja tonta observaba tan antediluviano evento. Increíble como cierto, estaba en un túnel del tiempo, volviendo a aquellos años en los que veíamos el festival de Eurovisión porque solamente teníamos un canal. Al menos la cerveza estaba fría y mirar a Sonia me alegraba un poco. Eso sí, al final fui recompensado y pude escuchar música ochentera, de esa que tanto me gusta hasta que comenzaba a amanecer y se oía ya el trino de algunos pájaros. Así que rumbo a casa a dormir, que era lo que se debe hacer en esa franja horaria.
A la mañana siguiente, mejor dicho, a la tarde noche siguiente me desperté con la sensación de que todo había sido una simple pesadilla, así que puse la radio mientras me preparaba el café y se constató el peor de mis miedos: Hombres G triunfan con Sufre Mamón. No había sido un sueño, la conspiración involutiva a todo el genero humano se estaba cumpliendo y yo no podía hacer nada salvo coger mi guitarra y comenzar a cantar: Ay quién maneja mi barca, quién, que al a deriva me lleva quién... y es que, chicos hay que estar a la altura del histórico momento que estamos viviendo.
Salud!!!
Isidrez
isidrez@isidrez.com
Todo empezó con Lola Flores. De repente a todas horas en televisión hablando sobre sus amoríos y los cuernos que le puso al Pescadilla. Y yo me pregunto: ¿A quien coño le importa? Allá casa uno con sus perversiones, porque se empieza con eso de que era un gran artista y se acaba diciendo que cantaba de puta madre y bailaba aún mejor. Coño, un poco de seriedad.
Tras la primera en la frente de tan faraónicas noticias y reportajes, me encuentro con otro tema de rabioso interés y necesario para el desarrollo del ser humano: Michel Salgado le pone los cuernos a su mujer. Parece que es el tema de la semana. Ahora resulta que se han dedicado a seguir a este gallego un jueves y ver como se iba de copas con dos tías, que todo hay que decirlo, estaban muy buenas y se lía con una de ellas. Bien, interesante, pero repito lo de antes, ¿a mi qué coño me importa a quien se folla Michel Salgado? Será que como los de las camaritas no follan, tienen que dedicarse a joder a los demás para que tampoco lo hagan y eso sí, diciendo que tenía un crío de 3 meses. Michel, colega, animo y a follar, a follar, que el mundo se va a acabar.
Parecía que la semana ya estaba bastante definida por los temas, ya nada podía ir peor, dos historias de cuernos ya eran suficientes, ahora todo solo podría ser más tranquilo salvo por las obras y la tala indiscriminada de árboles de Gallardón. Pero la cosa no acaba ahí, cojo el periódico y leo otra de esas noticias realmente interesantes: A las mujeres maduras le justan los chicos jóvenes. Increíble, la labor de investigación llevada por este grupo de periodistas. Desde luego estos chavales no han visto El Graduado y las andanzas de Mrs. Robinson con el por entonces jovencísimo Dustin Hoffman, ni se han fijado en la Marujita Díaz o Sara Montiel. Claro que les gustan jóvenes, coño igual que a los tíos nos gustan las tías jóvenes, otra cosa muy distinta es que nosotros les gustemos a ellas.
Mientras la M30 seguía destrozando Madrid, decidí ir a ver a Sonia y a Nines para tomarme una cervecita y olvidarme del mundo. Estaba Sonia sola y efectivamente me sirvió esa deliciosa jarra de cerveza helada que tanto anhelaba. Cerveza, buena conversación, un ejemplar de El País con noticias atrasadas y nada más. Era todo lo que necesitaba. Pero, como siempre digo, la alegría dura poco en la casa del pobre, cuando a eso de las 9 Sonia, cogió el mando a distancia del televisor, encendió el funesto aparato y puso el Festival de Eurovisión. Mi primera reacción fue un espasmo y pensar que se trataba de una broma, luego pensé que lo que querían era echarme, pero lo cierto es que la gente, idiotizada ante la caja tonta observaba tan antediluviano evento. Increíble como cierto, estaba en un túnel del tiempo, volviendo a aquellos años en los que veíamos el festival de Eurovisión porque solamente teníamos un canal. Al menos la cerveza estaba fría y mirar a Sonia me alegraba un poco. Eso sí, al final fui recompensado y pude escuchar música ochentera, de esa que tanto me gusta hasta que comenzaba a amanecer y se oía ya el trino de algunos pájaros. Así que rumbo a casa a dormir, que era lo que se debe hacer en esa franja horaria.
A la mañana siguiente, mejor dicho, a la tarde noche siguiente me desperté con la sensación de que todo había sido una simple pesadilla, así que puse la radio mientras me preparaba el café y se constató el peor de mis miedos: Hombres G triunfan con Sufre Mamón. No había sido un sueño, la conspiración involutiva a todo el genero humano se estaba cumpliendo y yo no podía hacer nada salvo coger mi guitarra y comenzar a cantar: Ay quién maneja mi barca, quién, que al a deriva me lleva quién... y es que, chicos hay que estar a la altura del histórico momento que estamos viviendo.
Salud!!!
Isidrez
isidrez@isidrez.com
2 comentarios
Henry Chinaski -
Me alegra que tengas algún interés a parte de ver Cuore y que te guste el Folcklore español y los toros.
Ya sabes x unos módicos lerus podrás comprarte los complementos adecuados para encima de tu televisor.
Si notas en falta algún pañito de encaje para tu coche avísame te lo mándare de buena gana, así como un palanca con detalles de MAR y un pega metálico con el Lema PAPA NO CORRAS.
piesquietos -