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LAS ARENGAS DE ISIDREZ

Desde el Olimpo

Raudo, decidido y consciente de los peligros intenté llegar al Olimpo con el único objetivo de encontrarla. El rayo de su padre, Zeus a punto estuvo de desintegrarme como hiciera con los gigantes. Sabía que un pobre mortal como yo nunca lograría el beneplácito de una diosa como ella, también sabía la grandeza de su amor y de lo desgraciada que era con Hefesto. Sabía que fue separada de Ares y que el mismo Poseidón se rindió a su belleza. También Hermes y Dionisio deseaban a la de los níveos brazos. Un pobre mortal como yo no sería digno ni tan siquiera de su mirada. Aún así proseguí mi periplo hasta encontrarla, mas por el camino encontreme con Dione, su madre. Con ojos bondadosos me miró y sabiendo de mi pretensión dijo que me llevaría hasta ella. Como humano que soy mi curiosidad y mi ansia de saber es mayor que mi prudencia, así que le pregunté: "Mi señora Dione, ¿es cierto que ella es hija vuestra y de Zeus, nuestro señor, dios de dioses o ciertamente nació de la espuma del mar al derramarse unas gotas de sangre de Cronos, señor del tiempo, por una herida producida por Urano, señor del cielo?" Irritada, Dione, desapareció dejándome solo en medio de la nada. Cansado y sin fuerzas, pedí perdón a los dioses por mis ofensas, pero necesitaba llegar a ella. No hubo respuesta, solo silencio. Una vez más, volví a gritar, directamente a quien buscaba y dijé: "Mi señora de níveos brazos, que cruzas el mundo en un carro tirado por cisnes y luciendo una hermosa corona de mirto y rosas, escucha las súplicas de este pobre mortal, que sabiendo que nada es, está tan loco de amor como para pedirte eterno refugio en tu carro, tu lecho y tus brazos." Fue entonces cuando ella se apareció ante mi, con su carro tirado por hermosos cisnes y me miró fijamente sin mediar palabra. Es desde ese momento que no puedo apartar mi vista, mi corazón y mis pensamientos de aquella que Feme proclamó excelencias, a pesar de ser ella una diosa y yo un pobre mortal.

Salud!!!
Isidrez

isidrez@isidrez.com

5 comentarios

AFRODITA -

Quizá ella vea en él todo lo que tu dices, y quizá si que tenga sus ojos y su corazón abiertos, pero quizá sea por otro y a él solo lo vea como a un marivilloso y especial amigo al que ni quiere perder ni herir.

Princesa -

Afrodita, su amada es cierto que es un ser mortal, pero segun el le eleva a los cielos. Creo que lo que ocurre es que ella tiene miedo a abrir sus ojos y su corazon. Ojala ella pudiera habrirlos para ver lo maravilloso que es y lo feliz que la puede hacer, que seguro que es como uno universo de esa pizca que tuvo en el tiempo que paso con el. Besos salud!!!

AFRODITA -

Tu diosa te aconsejará, pero recuerda que tu amada es un ser mortal y aunque diosa no puedo hacer que te ame..., eso es decisión de ella.

Rosa -

Pues yo lo veo muy claro.

Susanna -

No entiendo nada, ¿de qué estás hablando?