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LAS ARENGAS DE ISIDREZ

Rock, rock, baila el LETIROCK

Hay momentos en los que uno desearía cortarse las venas o haber estado dentro del Winsord durante el fastuoso incendio que nos tuvo en vela a algunos hasta altas horas de la madrugada para ver si al final se derrumbaba, cosa que por cierto no ocurrió, pero nos dejó unas imágenes preciosas, según narraba el comentarista televisivo.

En estos últimos años, los ataques contra la música han sido feroces, han convertido un hermoso arte, costoso, difícil y de calidad en un karaoke protagonizado por niñatos que salen en la tele y que se creen los salvadores de la música. Sí, me refiero a OT y a aquel sucedáneo llamado Popstars. Torturas sonoras diarias en las ondas que dañan seriamente el cerebro y dejan secuelas irreparables.

Cuando uno pensaba que la música había muerto, vuelve el resurgir de los musicales y los teatros de Madrid se llenan de espectáculos como “El Hombre de La Mancha”, “El Fantasma de la Ópera”, “Cats” (Divino plagiador Webber que conseguías que me gastase todos los meses 60€ con tus gatitos), Cabaret, etcétera. A pesar de los precios, merecía la pena, muchos de los montajes superaban con creces a los de Brodway o Londres. Una alternativa musical en un Madrid en el que erradicar la música en vivo es objetivo principal de todos sus gobernantes. Por cierto, que el cartel de fiestas de San Isidro 2005, ya es el colmo, hasta han eliminado los conciertos de la Plaza Mayor, pero eso ya eso otro tema, que ya tocaré en otro momento. El caso es que la alegría dura poco en la casa del pobre y en este caso no podía ser de otra manera.

Cuando ya parecía olvidado el atentado musical perpetrado con la versión en castellano de “Grease”, de repente aparece en cartel “We Will Rock You”, un musical basado en las de la mítica banda de rock británica Queen. Sentado en mi butaca, comprendí porque no dejan entrar objetos punzantes de los teatros. Semejante atrocidad no podía ser cierta, no podía creer lo que estaba escuchando y mucho menos que Brian May y Roger Taylor hubieran supervisado la producción. Aguanté hasta el final en un esfuerzo inútil de encontrar algo que mereciera la pena, pero fue tan inútil como ver una película porno hasta el final para ver si los protagonistas se casan.

Los efectos aún duraban cuando se estrenó Mamma Mía, la comedia musical basada en las canciones de Abba que me sorprendió agradablemente. Y es que, a pesar de haber sido la directora de la academia de OT, Nina dio la talla. Sin duda, Xavier Cugat no se equivocó con ella, únicamente es un gran diamante mal tallado. A pesar de ello, los efectos de “We Will Rock you”, seguían presentes, y aún no estaba recuperado. Pensaba que ya no podía ir peor, que todos los próximos estrenos solo podrían subir la calidad pero en eso llegó “Hoy No Me Puedo Levantar”, con las canciones de Mecano. Me arrastraron al estreno, al que fui por compromiso, más que por placer y por un momento me sentía como Alex, el protagonista de “La Naranja Mecánica” cuando le someten al tratamiento antiviolencia. Pero no podía huir, encima después tenía que saludar y felicitar, poner buena cara y mostrarme simpático y encantado. Lo cierto es que disimulo muy mal y mis loas y alabanzas sobre el espectáculo no resultaron creíbles.

Con los nervios a flor de piel, el cerebro seriamente dañado, los tímpanos degenerando a marchas forzadas e intentando recuperar la fe en la música y en los espectáculos musicales recibo la primera en la frente: “Vuelve Operación Triunfo”. Olé, olé, viva la cultura, viva el respeto por la música. Pero eso no esto todo, hace unos días leo en un periódico “Preparan una ópera rock sobre el idilio de Don Felipe y Doña Letizia.” No tuvieron bastante con el coñazo de la boda, que ahora quieren llevar su historia de amor a los escenarios asesorados por un experto en casa real. ¡Manda Huevos! Está visto que algo hemos hecho mal para que nos torturen incesantemente de esa manera. Algo muy grave, desde luego.

Como todavía estamos a tiempo, voy a hacer una sugerencia que espero que me tomen en cuenta. Señores encargados de la producción de tan desafortunado evento, lo tienen más fácil de lo que todavía se imaginan, no hace falta que creen un espectáculo nuevo. Cojan ustedes “The Rocky Horror Show”, cuya versión cinematográfica se llamó “The Rocky Horror Picture Show” y es sin duda uno de los mejores musicales de la historia y pongan al príncipe de Asturias en el papel de Brad Majors y a Leticia Ortiz en el de Janet Wise. No hago sugerencias en el resto del reparto, pero los conocedores del musical seguro que encuentran buenos candidatos.

Así que nada, ya saben, medias de rejilla, liguero, tacón de aguja, unos labios rojos y déjense llevar por el placer absoluto.

¡LET’S DO THE TIME WARP AGAIN!

Salud!!!
Isidrez

isidrez@isidrez.com

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