Blogia
LAS ARENGAS DE ISIDREZ

Mil primaveras más.

El día amanece triste y gris, nada nuevo desde los últimos meses, solo que estamos a finales de junio y la gente va por la calle con gafas de sol y ropa de verano. No lo entiendo, hace un día horrible de frío y nieve, así que no me apetece ni salir de casa, sería una locura.

Hace mucho tiempo que no veo salir el sol, que no siento el calor. Hace mucho tiempo que mi teléfono está averiado y en la televisión solo ponen imágenes en blanco y negro. Supongo que será efecto del temporal, porque la radio no pone música, salvo de vez en cuando que suena el Réquiem de Mozart. Tenía que haber arreglado el reproductor de CD’s y ahora al menos tendría música en casa.

La previsión meteorológica es que el temporal aún durará y las carreteras seguirán cortadas por la nieve. Recuerdo perfectamente el día que comenzó, porque fue el último día que te vi, desde entonces las temperaturas no han hecho más que bajar y la calefacción está apagada. Ya sabía yo que no debía aceptar la calefacción central, no tendría que depender de eso rácanos que porque estemos a finales de junio, no quieren ponerla. En cuanto pueda me mudo a otro sitio, pero esta vez cerca del mar. El mar, sí, mi inmenso y amado mar que me canta con sus olas y me inspira canciones de amor.

No entiendo a la gente, van por la calle como sin tal cosa, con sus camisetas, sus pantalones cortos y sus gafas de sol, solo por las fechas en que estamos, seguro que más de uno coje una pulmonía de la que no saldrá. Allá ellos, yo sigo aquí, bajo las mantas, porque la temperatura cada vez es más baja y a pesar de ello estoy temblando.

Espero que cuando la nieve desparezca pueda hacerte llegar esto o mejor, entregártelo en mano, lo primero que haré será presentarme en tu puerta y besarte cuando me abras. Seré una escalera que baja en ascensor, seré el fuego enamorado del agua, seré un reloj de arena que funciona con pilas, una bicicleta con óxido nitroso.

Recuerdo la última vez que vi el sol, aún era primavera y tú me decías que nunca habías pasado tanto calor. Había flores en los parques, música en las calles y las noches eran claras y estrelladas. Recuerdo que yo me sentía fuerte y feliz cuando cogía tu mano y te decía aquello de: “Que pasen treinta años antes de mañana”. Lo que daría ahora por un rayo de luz entre toda esta oscuridad.

Solo me queda esperar y esperar. Así que me prepararé un caldo caliente y me echaré en el sofá bajo las mantas para ver las imágenes en blanco y negro que ponen por la televisión y si consigo conciliar el sueño, me introduciré en la cama para dormir con la esperanza de poder volver a vivir mil primaveras más.

Salud!!!
Isidrez

isidrez@isidrez.com

5 comentarios

Susanna -

Pues yo haré también del silencio mi virtud

Ingrid -

Susana "El silencio es la virtud de LAS que triunfa", yo creo que aunque no escriban siguen ahi.

Susanna -

Isidrez, has visto como al final todos desaparecen y solo quedo yo? Se veía venir.

Judith-BCN -

Mira por la ventana, verás como el sol está saliendo e iluminando todo. No pierdas la esperanza y lucha por lo que crees.

Susanna -

No se que decir. Yo puedo llevarte el sol y la primavera.